Como dicen los lugareños, Bon bini. Aquí las tradiciones holandesas se mezclan con el encanto isleño. La capital y ciudad portuaria de Oranjestad es conocida por sus coloridas casas coloniales holandesas de pan de jengibre pintadas en brillantes tonos caribeños. Aunque Aruba sólo tiene 32 km de punta a punta, está repleta de increíbles contrastes.

Ubicada en la costa noreste de Colombia, Cartagena de Indias es famosa por su arquitectura colorida, sus hermosas playas y una cultura animada que es tan encantadora como la ciudad en sí. Uno de los mejores panoramas en Cartagena es pasear por el corazón del sector histórico y admirar las vistas escénicas desde la Plaza de Bolívar. O explora los pasajes subterráneos del Castillo de San Felipe de Barajas. Si te encanta la playa, dirígete a Playa Blanca y disfruta de platos locales deliciosos como pescado fresco, arroz con coco y arepa de huevo. Y recuerda, tus vacaciones desde Cartagena no estarán completas si no bailas al ritmo tropical de la cumbia.

Curazao es un tesoro de atracciones culturales, rica historia y paisajes naturales: desde paisajes desérticos y escarpados acantilados hasta 38 playas espectaculares, en su mayoría, aisladas. Sint Anna Bay separa los dos lados de la capital de Willemstad. Punda, el asentamiento original, es una cuadrícula ordenada llena de tiendas y mercados, restaurantes y cafés al aire libre únicos. Sin mencionar la famosa arquitectura tropicalizada holandesa en tonos vibrantes. Otrobanda (literalmente, "el otro lado") es un laberinto de calles estrechas y callejones más estrechos aún. Y a solo 40 millas de distancia, te espera una gran variedad de aventuras en la isla durante tu crucero por Curazao.

Siempre está soleado en Bonaire, donde los días duran casi doce horas y la aventura nunca termina. Los incontables arrecifes de coral que rodean las costas albergan más de 400 especies de vida marina, lo que le otorga el mote de "Paraíso del buzo". Pero para tener la mejor experiencia de buceo con esnórquel, ve al islote de Klein Bonaire. O súbete a una góndola con piso transparente para disfrutar de una vista increíble del fondo del mar (no es necesario nadar). Haz un crucero a Bonaire y explora el parque nacional Washington Slagbaii que abarca un quinto de la isla. Con su impresionante paisaje desértico, sus lagunas de manglares, sus famosos flamencos rosados y sus inigualables sitios de buceo, Bonaire ofrece innumerables aventuras al aire libre, además de una buena dosis de encanto colonial.